Cliché N°2: "Armónica en la Cárcel"

Cliché N°2: "Armónica en la Cárcel"

 

La cárcel: la monotonía, la soledad, el encierro, la desesperanza… Y de fondo suena una armónica.

 

Una escena recurrente en la cultura popular, y una broma recurrente que recibimos quienes tocamos la armónica. “Anda a tocar a la cana mejor será”, me decían mis compañeros de colegio. Y no soy el único.

 

La asociación de la armónica con el encarcelamiento ha sido un recurso narrativo transversal a la cultura popular, y como tal ha persistido en películas, series, dibujos animados y hasta videojuegos, de forma ininterrumpida, por décadas.

La imagen de Game Over del Donkey Kong Country 2 muestra a los protagonistas del juego en la cárcel con una música que, en forma muy rudimentaria, simula el sonido de una armónica.

 

Según la enciclopedia digital TV Tropes, una plataforma dedicada a compilar este tipo de convenciones e imágenes recurrentes en la cultura popular: “cuando varios personajes están atrapados o arrestados (digamos, durante una escena en la cárcel) la armónica debe ser tocada como música de fondo, si es que no por un personaje. Esto se hace también en el aislamiento, sea por estar varado o perdido en la naturaleza, o simplemente acampando o aburrido…” 
 
En otras palabras: la armónica es un instrumento asociado con la soledad, con la pérdida de la libertad y con la resignación.
 
Tal es la transversalidad de este cliché que series como Los Simpson han hecho mofa de ella, aludiendo a la idea absurda de que hay presos en las cárceles cuya única función es tocar armónica y “crear el ambiente”.

 

Pero, ¿de dónde proviene el cliché? 


En primer lugar: es cuestionable que tocar armónica en la cárcel sea algo tan fácil como se nos pinta en la cultura popular. De partida, hay que considerar las posibilidades de que el instrumento sea confiscado por los gendarmes: mal que mal, sus tapas pueden fácilmente convertirse en un par de cuchillos hechizos. Y eso sin considerar las altas posibilidades de que los otros presos no sean tan amables ni tengan tanta paciencia y terminen dañando al instrumento y/o a quien lo toca.


Pero, más allá del realismo del cliché, lo cierto es que existe. Y, sobre todo, a la gente le hace sentido.


Pero, ¿por qué?


Aquí te presentamos tres hipótesis no excluyentes:

  1. Es un instrumento portable

Si hemos de retratar música en una celda, más sentido hace que lo hagamos con una armónica que con un piano, ¿no?

 

2. Es el instrumento de la gente sola

La armónica ha sido, a lo largo de la historia y en diversos territorios, un instrumento utilizado por gente que busca en ella una compañía. Trabajadores rurales que pasan largas horas en territorios inhóspitos, viajeros solitarios, vaqueros, ermitaños… Etc.


Probablemente el mayor responsable de perpetuar esta imagen de la armónica como el instrumento de la gente solitaria sea el gran Ennio Morricone. Su música para películas emblemáticas del Spaghetti Western tales como El bueno, el malo y el feo (1966) y Érase una vez en el Oeste (1968) fijaron la pauta de cómo suena el lejano oeste. Con sus composiciones, Morricone pintó un paisaje sonoro y fijó la pauta de cómo evocar musicalmente las imágenes de esos parajes desérticos y solitarios, y en ellos la armónica tuvo un rol central.

 

Nótese que hay 2 armónicas en la misma escena.

Ver también: Cliché N°1: "Armónica en el viejo Oeste"

 

      3. Es el instrumento de la gente pobre

 

Por último, pero no menos importante: el componente social. La armónica durante muchos años fue un instrumento asociado a las clases humildes. Por su bajo costo, la armónica fue muy popular entre esclavos y miembros de la clase trabajadora en el Estados Unidos de fines del siglo XIX y principios del XX.

 

De ahí que tuviera tanta llegada entre los músicos afroamericanos que cantaban y tocaban blues.

 

Y bueno, querámoslo o no, la cárcel es un espacio ampliamente poblado por gente pobre y minorías raciales. Está demostrado que las personas pobres y/o racializadas, en especial afrodescendientes, tienen muchas más posibilidades de ser encarceladas.

 

Por esto mismo, tampoco es coincidencia que la cárcel sea un tópico recurrente en canciones de blues. Leyendas como Bessie Smith, Sonny Terry y Lightnin’ Hopkins se inspiraron en la cárcel para crear canciones emblemáticas.

Después de todo, la música blues era parte de un entorno cargado de pobreza y segregación donde los crímenes eran algo habitual. Esto ha sido ampliamente documentado, tanto en las biografías de nuestros grandes ídolos del blues, como también en sus canciones.

 

Es probable que por eso, en el momento en que un grupo de guionistas se sentó a imaginar una escena ambientada en una prisión, la presencia de la armónica haya resultado verosímil desde un principio. Y desde entonces, gracias a la persistente repetición, este cliché se terminó volviendo un sello característico para nuestro instrumento, y casi un estigma para quienes lo tocamos.

 

Al menos en esta escena, Cartman toca bien la armónica

 

 

Por Martín A. Poblete L.

Músico - Comunicador - Docente - Supervillano
 

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2 comentarios

  • Aníbal

    Cliché o no, si algún día me toca pasar un tiempo en la sombra llevo mi armónica como sea
  • nicolas salazar

    por lo que tengo entendido en eeuu el unico instrumento que estaba permitido adentro de las carceles era la armonica

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